05 Dic Entrevista a Lourdes Lucea, psicóloga y autora de cuentos infantiles
Nuestra antigua alumna, Lourdes Lucea, presenta un nuevo libro de cuentos infantiles: “Complejos complejos”. Con éste son ya tres los libros que tiene publicados. Lourdes es psicóloga, máster en psicología clínica, de la salud y terapias de tercera generación. Tiene un Máster en Orientación Educativa y en estos momentos está trabajando como orientadora en el colegio. Así que aprovechamos este lanzamiento para hablar con ella de sus retos profesionales, de su vida personal y cómo no, de su paso por Guadalaviar.
Hola Lourdes. ¿En qué proyecto estás inmersa en estos momentos?
Me encargo principalmente de la orientación en secundaria, aunque en ocasiones intervengo en primaria cuando se trata de un caso más psicológico. En el colegio llevo las dificultades de aprendizaje, los problemas comportamentales y relacionales, el asesoramiento a padres y profesoras… Estar en contacto con las adolescentes e intentar ayudarlas me ha llevado a preguntarme como puedo prevenir los problemas que ellas viven en las alumnas más pequeñas. Buscando también enseñar a mis hijos temas complicados, he observado que una buenísima forma de hacerlo es a través del cuento. Las narraciones ayudan a pensar, a ordenar las ideas, a modelar los pensamientos… Es por ello que en este momento he publicado tres cuentos infantiles con mucha ilusión. Los tres buscan enseñar temas difíciles de una manera sencilla. Los cuentos se llaman: Complejos complejos, Camino de éxito camino de amor y Bermellón. Pueden encontrarse en Amazon.
¿Podrías hablarnos un poco de tu trayectoria profesional?
Cuando salí de la carrera tuve la suerte de que me contrataran en Ortofón, un centro que trabaja con compañías de seguros y donde aprendí muchísimo viendo una enorme cantidad de pacientes al día. En ese centro ejercí la psicología clínica durante cinco años y todas las personas a las que intenté ayudar fueron grandes maestros para mí.
Al nacer mi segunda hija hice un máster como orientadora de secundaria e hice las prácticas en el colegio Guadalaviar. Después me quedé porque Pilar Serna, queridísima predecesora, se jubilaba.
¿Y tu situación personal?
Estoy casada con Juan, un hombre muy bueno, fuerte y alegre del que estoy muy enamorada. Tengo una hija de 8 años que se llama Catalina y que este año toma la comunión en el colegio. Después viene Lourdes, a quien llamamos cariñosamente Bube, y tiene 6 años. El pequeño se llama Pedro y tiene 4 años. Para mi familia sólo puedo tener palabras de agradecimiento. Mi hija Catalina dibuja precioso y pintar con ella me animó a hacerlo de nuevo, porque a mí es algo que siempre me ha gustado muchísimo. Mi hija Bube es insaciable en sus preguntas, le gusta saber la verdad y es profunda. Pedrito es muy sensible y atento, a través de los cuentos he podido ayudarle a enfrentar situaciones que le resultan difíciles. El deseo de que sean muy buenos y felices me lleva a tener ideas y a intentar transmitírselas de forma que las entiendan.
Número de Promoción
Soy de la promoción 37.
¿Mantienes contacto con tus ex compañeras de clase?
Por supuesto. Mis amigas del colegio son importantísimas para mí. Las sigo viendo, quiero a sus familias y algunas son como hermanas.
Creo que la amistad es una de las cosas que Guadalaviar me ha regalado. Tantas personas increíbles, con personalidades tan fuertes, tantas mujeres valiosas… Mis amigas del cole son fueras de serie. Madres generosas, profesionales increíbles, listas, fuertes y muy buenas… yo creo que allá donde van llaman la atención. A mí me encanta hacer amigas. Tengo intención de seguir haciendo amigas hasta que me muera. Creo que en parte ese gusto por la amistad, por el encuentro con el otro que siempre aporta algo único… es gracias a lo que el colegio me enseñó.
¿Alguna profesora en concreto que recuerdes con especial cariño?
Me pasa que mis profesoras de niña, ahora son mis compañeras y muchas mis amigas.
En primaria adoraba a Mariana, me encantaba que nos enseñara a escribir, a aprender sinónimos y palabras nuevas, poesías larguísimas de memoria… Fue la primera profesora que me hizo vivir con pasión una asignatura.
En secundaria Tere Losa fue especial porque la tuvimos muchos años y nos conocía perfectamente, la quería mucho a pesar de mi adolescencia y a veces pienso la paciencia que ella tuvo que tener con todas. Con Inma Cervera siempre conecté, era graciosa y buena, nos reíamos mucho.
En tu vida personal, ¿notas que Guadalaviar te ha dejado huella?
Yo lo digo siempre que puedo y a quien sea: Soy la que soy por el colegio al que he ido y los padres que he tenido.
Fui sumamente feliz, me sentí queridísima, estaba en mi casa.
Desde niña he tenido tantas profesoras que me han ayudado, que me han exigido y corregido con cariño… es como quien vive desde los 6 años con un coach (que ahora está tan de moda) que tira de él para arriba y le ayuda a conocerse, a mejorar y a sacar lo mejor de su persona para ponerlo al servicio de los demás. Cada una de las mentoras o preceptoras que han pasado por mi vida ha dejado algo valioso en mí y estoy muy agradecida por ello. Yo me lo pasaba tan bien en el colegio que si estaba enferma me daba mucha rabia y necesitaba llamar a tres amigas para no perderme nada.
Me encantaba quedarme a comer en el cole, las charlas especiales donde venían profesionales a hablarnos, las asignaturas como filosofía o historia y hablar al sol con mis amigas en los patios.
En fin, creo que al final crecer en un entorno feliz y seguro deja una huella tremenda.
¿Y en el terreno profesional?
Inma Cervera fue quien conociéndome mucho me animó a estudiar psicología, y se lo agradeceré siempre porque soy muy feliz con mi profesión.
Al final, un profesional es una persona ejerciendo su profesión. Creo que en Guadalaviar se ayuda tanto a la persona, que cuando va a ejercer lo que sea que tenga entre manos lo hace con un sello muy nuestro.
El coelgio enseña que trabajar es servir y que el trabajo santifica. San Josemaría, el fundador del colegio explicaba que trabajo es lugar de encuentro con Dios. Estas verdades siempre van conmigo y me fascinan porque hacen accesible y práctico el ideal cristiano.
Guadalaviar también es orden y cuidado de lo pequeño, de los detalles. Estas dos virtudes estoy a la espera de que se me terminen de contagiar… jaja
Con qué tres palabras definirías Guadalaviar
Cuidado, alegría, familia.
¿Podrías contarnos alguna anécdota o recuerdo especial que tengas del colegio?
Recuerdo que éramos traviesas. Veíamos la serie “Los Serrano” y en un capitulo salía un juego en el que, si gritaban “congelados” y te tenías que quedar parada sin moverte, ganaba quien más aguantaba.
Tere Rosinyoli entro en clase y alguien dijo: “congelados”. La mayoría de la gente se paró, pero pronto por miedo a un negativo o por cansancio se fueron sentando en su sitio. Tere no riñó a nadie, dejó a Fátima, Bárbara y Vir toda la clase congeladas, pidió a las que no veían porque tenían a alguna congelada de pie que pasaran delante y ellas aguantaron toda la hora quietas. Tere al terminar la clase pidió un aplauso para ellas y dijo que había sido un buen ejercicio de autocontrol.
Anécdotas hay muchas, todas pierden fuerza escritas. Necesitaría contarlas con mis amigas cenando, todas hablando a la vez, riéndonos y gritando como cuando éramos niñas…ese sería el mejor contexto.
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Muchas gracias por tu tiempo Lourdes. Dejamos aquí el enlace de su nuevo libro. ¡Te deseamos muchos éxitos!
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