Entrevista a Engracia

Estrenamos sección de profesoras en nuestro apartado de entrevistas. Y lo hacemos con una de las ‘profes’ con más solera del colegio.

Eterna profesora de matemáticas, llegó al colegio en el año 64 y por su pizarra hemos pasado decenas de promociones de alumnas que no hemos podido olvidar su vehemencia, su personalidad y sus peculiares frases, que todavía recordamos con una sonrisa.

Hablamos con Engracia Miravete de sus casi cuatro décadas en el colegio.

¿Cómo era el Colegio Guadalaviar en sus inicios?

Guadalaviar a mediados de los años 60 era un colegio precioso y muy pequeño. Estaba formado por lo que actualmente es infantil y el edificio de dirección. Al pasar el estanque, estaba la zona ‘kinder’ en la que cada una de las aulas contaba con un jardincito propio con una composición preciosa. La clase de música, que ocupaba lo que actualmente son las salas de visitas en la planta baja, era una enorme aula que conectaba musicalmente con las clases del ‘kinder’ que tenían así un hilo musical con las canciones que se interpretaban en el aula de música.

¿Nos podría describir su primer día como profesora en el colegio?

Llegué en el año 64 a Guadalaviar. Era el 29 de septiembre – por aquel entonces las clases empezaban en octubre – y recuerdo que llegaba de Madrid, con una falda gris y un jersey azul, y lo primero que me sorprendió fue el calor de Valencia en aquellas fechas. Recuerdo perfectamente el cambio de temperatura de Madrid a aquí. Venía con Lolita, la por aquel entonces directora, y a primera vista me encantó el colegio. El jardín de la entrada tenía recuadros con agua en la que flotaban nenúfares y en los que nadaban los peces. Una preciosidad de colegio.

¿Qué lugar ocupa en su vida el Colegio Guadalaviar?

Yo venía de la Universidad. Toda mi actividad laboral la he desarrollado en Guadalaviar: un colegio que andaba empezando y con el que nos implicábamos muchísimo. Íbamos todos a una para sacar adelante el colegio con un compromiso y una ilusión tremendos. Mi primera clase como tutora fue a niñas de 10 años (en aquel entonces, alumnas de ‘ingreso’). Eran 28 en total. Combinaba las clases de día con las clases del Bachillerato Nocturno que se impartía a alumnas que trabajaban y querían sacarse el título. Las clases se impartían de 7 de la tarde a 10 de la noche. En aquella época me pasaba los días, las tardes y las noches en el colegio, pero era muy gratificante.

¿Quién era la directora por aquel entonces?

La directora en el año 1964 era Lolita Sainz, que en paz descanse: gran pedagoga y gran directora de un colegio que puso en marcha, con toda la implicación que ello conlleva. De las 6 directoras que ha tenido Guadalaviar, he trabajado con cuatro de ellas: Lolita, María del Carmen, Chus y Montse.

¿Qué es lo que más añora de su época docente?

Lo que más añoro de mi época como profesora en Guadalaviar es la relación con las personas. La relación con las alumnas y también con las familias. En aquel entonces los padres tenían una inmensa confianza en el colegio y por nuestra parte esta responsabilidad suponía una implicación total. Comprobar en primera persona esta absoluta confianza de padres y madres es verdaderamente gratificante. Además, ver el desarrollo personal de una alumna, fruto de esa atención totalmente personalizada, santo y seña de Guadalaviar, y de esa implicación del equipo docente, es algo muy satisfactorio para una profesora.

¿Tiene algún recuerdo especial que guarde de esta etapa? 

Tengo muchísimos recuerdos de esos casi 40 años, pero lo que me viene a la cabeza de mi etapa en Guadalaviar y recuerdo con mucha frecuencia eran los momentos en los que nos reuníamos las profesoras: teníamos muchísima relación. Después de comer – comíamos también en el colegio- nos juntábamos para tomar café todas juntas, como una familia, y allí hablábamos de todo. No era fácil sacar tiempo para estar juntas porque el día a día era muy ajetreado, pero encontrábamos el tiempo. Se establecía una relación tan fuerte que aún hoy cuando nos reunimos se siente ese clima de familiaridad.

¿Qué tres palabras le vienen a la mente al escuchar el nombre de Guadalaviar?

Me vienen a la mente: familia, profesionalidad e ilusión.

¿Fue duro dejar de dar clase o por el contrario tenía ciertas ganas de llevar una vida más tranquila?

Dejar de dar clases sí fue duro precisamente por esa relación tan familiar y amplia con alumnas y profesoras. En esos años eras la encargada de una persona, conocías a su familia, te implicabas en su educación… se establecía una relación muy completa.

¿Qué les diría a las profesoras actuales del colegio?

A las profesoras del colegio les diría que disfruten, que lo pasen bien dando clases. Porque la enseñanza en Guadalaviar es muy exigente, te tiene que compensar esa vida- A mí me ha compensado muchísimo formar parte del proceso del crecimiento y el desarrollo personal de las alumnas.

Por último, alguna de sus frases más míticas se han quedado en la memoria de muchas de sus alumnas. ¿Recuerda alguna de las más repetidas?

Soy muy consciente de todas mis frases porque año tras año en la celebración de los 25 años de cada una de las promociones, me las recuerdan mis antiguas alumnas. ‘Te preguntan por una caña de pescar…. en mi casa tengo un tambor’, o ‘cuántos trenes se nos van a escapar’ o incluso ‘qué bien se está en la estación de Miranda’ son algunas de las que más huella han dejado. Me lo dicen mucho.

 

¡Muchas gracias por la entrevista, Engracia, y por todos estos años dedicados al colegio!

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5 Comments
  • Elena Álamo Carrasco
    Posted at 14:52h, 08 marzo Responder

    Cuando te preguntaba algo y errabas en la respuesta:
    – a dónde vas? Manzanas traigo-

    O está otra frase: “identificáos y dejad de ser masa”

    Fantástica, entrañable, inolvidable

  • Adelina Lleó Morugán
    Posted at 16:01h, 08 marzo Responder

    Engracia con tu dedicación y profesionalidad has contribuido a hacer lo que es hoy Guadalaviar. Millones de gracias!

  • Alicia Pechuán
    Posted at 18:43h, 08 marzo Responder

    Engracia muchas gracias por toda su dedicación a las alumnas durante estos años 😘

  • Carlota XIII Promoción
    Posted at 20:52h, 08 marzo Responder

    Podría contar tanto de muchisimas de nosotras, nuestra queridísima Engracia.
    Pero hay algo que nosotras podemos contar ahora de ella, gracias por esa paciencia infinita, gracias por enseñarnos con esas frases geniales, que siempre nos quedarán como ejemplo en esta vida, gracias por demostrarnos el poder del conocimiento y como no perder el tiempo “con el tambor”., Gracias por esa férrea formación que has hecho de nosotras como mujeres.
    Siempre gracias.

  • Mónica García Soriano XIII
    Posted at 13:12h, 14 marzo Responder

    Mi favorita es la de “Nos comería la desidia…”

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