Entrevista a Rocío Tornero, mujer emprendedora de la promoción 40

Este mes de mayo hablamos con Rocío Tornero, de la promoción 40. Rocío está casada y vive en Madrid. Estudió Humanidades en la Universidad de Navarra y ha trabajado por cuenta ajena antes de lanzarse a emprender.

¡Hola, Rocío!

¿Podrías hablarnos un poco de tu trayectoria profesional?


Estudié Humanidades en la Universidad de Navarra y busqué mi sitio para ponerlo en práctica. Es una carrera preciosa que junta varias disciplinas como Historia del Arte, Literatura, Filosofía, Política y te ayuda a tener una visión interdisciplinar a la hora de analizar cualquier hecho histórico.

En la primera etapa de mi carrera profesional tiré por el lado artístico trabajando en el Museo de Arte Moderno Reina Sofía, pero al poco tiempo me di cuenta de que lo que quería era aprender en una gran empresa y sentir la adrenalina de formar parte de grandes proyectos. Mi etapa de 5 años en Ferrovial fue muy enriquecedora, me destinaron a USA por un proyecto de integración de empresas y es la experiencia con la que me quedo, y por supuesto, lo más importante que me ha dado trabajar en Ferrovial es conocer a mi querido marido Ignacio.

Actualmente me dedico a mi marca de Instagram @1409.sentidos donde creo contenido para inspirar en el arte de invitar: recetas, decoración y textos sobre la importancia de cuidar a los tuyos, mimar el producto y generar experiencias. Este trabajo me ha permitido adentrarme en un mundo muy creativo de emprendedoras y conocer a personas maravillosas. En paralelo soy Head of Communication de SkiandNight, una start up que está revolucionando el sector de la nieve y que crea experiencias y viajes a la nieve en todas las estaciones de España, Francia y Andorra.

 

¿Y tu situación personal?
Mi situación personal es felizmente casada, viviendo en Madrid y sacando varios proyectos adelante. Mi marido es madrileño, y aunque me encantaría vivir en Valencia algún día, estamos muy cómodos en Madrid y con una oferta de ocio y restauración super atractiva. Es gracioso porque todo el mundo nos dice que vivimos acelerados, de aquí para allá, con mil planes, cumpleaños y quedando casi todos los días entresemana para tomar algo con nuestros amigos (algo muchas veces impensable en Valencia). Supongo que es una etapa, pero estamos felices.

¿Mantienes contacto con las que fueron tus compañeras de clase?
Sí! Por supuesto. Hicimos un grupo muy grande y estupendo. De hecho, uno de los grandes regalos es que vivimos un grupo de amigas del cole en Madrid así que tengo un pedacito de mi casa con ellas. Es cierto que no es fácil quedar todas, pero cuando vuelvo a Valencia nos vemos y es como si no pasara el tiempo.

Además, tengo la suerte de veranear con antiguas alumnas del colegio que se han convertido en grandes amigas, así que pertenezco a dos grandes grupos de amigas del cole que, bajo mi punto de vista, son las personas que te conocen de verdad.

¿Alguna profesora en concreto que recuerdes con especial cariño?

Muchas! Ana Giner, Amparo Amorós, Helen, Carmen Sanchís… pero me quedo con Maena sin duda. No sé si por su carácter o por la asignatura de Historia que nos daba, pero su forma de hacer que pensáramos y nos estrujáramos el cerebro me parecía apasionante. Tampoco es que yo fuera una niña de dieces, pero me parecía una clase muy estimulante. A nivel personal conectábamos muy bien, era directa pero sensible, y sabía diferenciar entre su función de profesora y tutora. Todo un regalo para el colegio.

 

En tu vida personal, ¿notas que Guadalaviar te ha dejado huella?
Por supuesto, destacaría la delicadeza. Me doy cuenta de que la forma de entender la feminidad y las cualidades de la mujer como la sensibilidad, la delicadeza o la empatía son cualidades que se potencian y se trabajan en el colegio. No digo que no las pueda tener nadie más, sino que son propias de la naturaleza de la mujer y que se le dedica mucha atención en Guadalaviar. 

¿Y en el terreno profesional?
Completamente, no pisar al de al lado es algo que tengo grabado a fuego. Puedes crecer por tu profesionalidad, por tu capacidad de gestión o por tu creatividad, pero el tema tan de moda de crecer cueste lo que cueste a mí no me va, y sé que es un tema del colegio.

Esto se une a que, personalmente, creo que el trabajo es muy necesario y gratificante, pero no está por encima de mi conciencia. En mi jerarquía de prioridades la primera es mi vida espiritual que es la vertebradora de la relación con mi familia, trabajo, amigos y con mi entorno en general. Así que aquí tenemos otro de los grandes valores del colegio.

 

Con qué tres palabras definirías Guadalaviar
Delicadeza, familia, feminidad.

Por último, cuéntanos alguna anécdota o recuerdo especial que tengas del colegio.

Recuerdo en clase de música que nos examinaban de una canción con la flauta. Para que te hagas una idea, yo no tenía ni flauta ni sabía leer la partitura. Así que Rocío Mustienes se colocó debajo de mi mesa y la tocó mientras yo hacía la interpretación de mi vida, moviendo los dedos aleatoriamente para tapar los huecos de la flauta. Coló. Nunca sabremos si la profesora no quiso darse cuenta o si interpretamos el papel de nuestras vidas, lo que sí sé es que en aquel momento me valió para un 10.

¡Gracias Rocío! Suerte en tus proyectos personales y profesionales. 

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