Entrevista a Belén Garrido

Lleva casi 30 años en el colegio y, en breve, dirá adiós a sus queridas aulas y laboratorios. Belén Garrido no sólo es una ferviente amante de las ciencias, sino como todas sabemos, una crack de la papiroflexia y de la magia. Enamorada de su Granada del alma, Belén nos cuenta en esta entrevista sus inicios en el colegio, divertidas anécdotas y también nos da algún que otro “consejillo”.

Hola Belén, ¿cuándo y cómo empezaste a dar clase en Guadalaviar?

Empecé a dar clases en Guadalaviar en 1993. En aquel tiempo yo trabajaba en el departamento de Bioquímica de la facultad de biológicas en Burjassot.

Aunque había estudiado Farmacia, Biológicas y hecho el doctorado en Farmacia, llevaba un tiempo pensando que quizá la universidad no era lo mío. A mí me gusta dar clases y la relación con los alumnos y el estar atada a un laboratorio de investigación no me estaba gustando ni compensando.

El aquel tiempo me estaba planteando hacer oposiciones a instituto para dedicarme a dar clase en secundaria. Me enteré de que en Guadalaviar hacía falta una sustitución para una profesora de ciencias, y pensé que era una oportunidad de comprobar “in situ” si me gustaba dar clase a alumnos no universitarios. Me aceptaron para tres meses y en ese tiempo me di cuenta de que me podía gustar esta nueva orientación profesional.

Al acabar los tres meses en el colegio me propusieron un contrato a tiempo completo para el próximo curso y me decidí. Aparte de que constaté que me gustaba dar clases a gente no universitaria reconozco que el proyecto educativo de Guadalaviar me parecía interesante y me merecía la pena colaborar y embarcarme en ese proyecto; también me resultó muy agradable el ambiente de compañerismo que había en el colegio entre las profesoras.

Al año siguiente consideré que me tenía que “reconvertir” a la enseñanza secundaria y mientras estaba trabajando en el colegio cursé en la Universitat de València un tercer ciclo en Didáctica de las Ciencias Experimentales y posteriormente un Master de dos años en la UNED de Informática Educativa.

¿Recuerdas tu primer día como profesora?

El primer día y la primera clase fueron impactantes. Empecé con una clase de Ciencias Naturales a 1º BUP. El aula estaba donde ahora están 6º Primaria y al pasar por el pasillo empecé a oler a lo que huelen los pasillos de Primaria una mezcla de olor a papel-goma-de-borrar-madera-de-lápiz (cuando te acostumbras no se nota ese olor pero es igual que cuando alguien va a un laboratorio por primera vez y siente un olor a sustancias volátiles y cuando llevas trabajando una semana ya no te huele) y además las alumnas llevaban baby… y reconozco que me parecieron muy pequeñas y al principio sentía que les hablaba en chino…poco a poco fui aclimatándome a ellas y ellas a mí

Cuéntanos alguna anécdota divertida.

Esto me pasó uno de los primeros días que llevaba trabajando en Guadalaviar y tiene su gracia ahora que han pasado los años, entonces me desconcertó un poco. El caso es que, al decirle a una amiga mía de fuera del colegio que había empezado a trabajar en Guadalaviar, me dijo que no iba a durar en el colegio ni un mes… Ya se ve que lo suyo no era el don de la profecía porque llevo 27 años en el colegio.

Otra anécdota es la cara de risa que ponen mis alumnas cuando me ven por primera vez decir que las moléculas vibran, rotan y se trasladan (lo digo acompañando a mis palabras esos movimientos). Piensan que estoy un poco “loca” pero rápidamente se dan cuenta de que eso nada de nada.

belen garrido

Belén en el año 1998

¿Alguna profesora que recuerdes con especial cariño en su paso por Guadalaviar?

Pues recuerdo con especial cariño a Chus Jornet que confió en mí al contratarme y a Engracia porque su ejemplo me ayudó mucho en los primeros años del colegio.

Con qué tres palabras describirías al colegio

Compañerismo entre las profesoras

Respeto por las alumnas

Trabajo bien hecho

Has visto pasar a muchas promociones ¿qué no ha cambiado en las alumnas con el paso del tiempo?

Pues desde 1993 hasta ahora imagínate… Una cosa que pienso que no ha cambiado las alumnas con el paso del tiempo es el clima de confianza que hay en las preceptuaciones.

¿Cómo te sientes cuando ves antiguas alumnas tuyas que hoy en día son grandes profesionales?

En general cuando veo a cualquier antigua alumna, sea o no profesional de relumbrón, me enorgullezco porque pienso que lo mismo yo he aportado algún granito de arena a su formación y me emociona que me recuerde y el cariño con que muchas me saludan. Y claro, si veo a alguna alumna que ha llegado a ser una gran profesional, me alegro mucho.

¿Cómo afrontas tu próxima jubilación?

Pues la verdad es que tengo varios proyectos. Por ejemplo terminar de escribir otro libro de papiroflexia aplicada a la enseñanza de las matemáticas para Primaria. La Real Sociedad de Matemáticas de España y la Editorial SM ya me publicaron uno hace 5 años sobre lo mismo, pero para Secundaria. También seguiré colaborando como formadora en cursos y Jornadas de formación del Profesorado como he estado haciendo durante bastantes años pasados. Y como yo soy numeraria del Opus Dei tendré más tiempo para colaborar en distintos proyectos relacionados con la Obra. Y, por supuesto, seguiré cultivando mis dos aficiones estrellas que, como mucha gente sabe, son la papiroflexia y la magia (magia blanca de esa del conejito que sale del sombrero y cartas etc…). También quiero aprender a pintar mejor. Pero sé que echaré de menos a Guadalaviar, sus cosas y sus gentes.

¿Qué les dirías a las actuales profesoras del colegio?

Varias cosas:

Que tengan ilusión por formarse continuamente en su campo y que intenten trabajar lo mejor posible, como ya lo hacen.

Que traten de que en sus clases las alumnas se lo pasen bien. Que haya momentos en los que se sonrían o rían. Una profesora puede hacer “payasadas” con fundamento y las alumnas no te pierden el respeto por eso y detectan que estás tratando de que se lo pasen bien aunque le estés enseñando reacciones redox.

Que sigan siendo buenas compañeras. Un buen clima de compañerismo y amistad entre las profesoras es esencial y se trasmite a las alumnas.

Que tengan confianza en decir al consejo de dirección lo que les parece que se puede mejorar o si hay algún problema. Yo habitualmente he hecho eso y nunca he tenido problemas de entendimiento y siempre me he sentido escuchada y entendida.

¿Alguna otra cosa que quieras destacar de tu paso por Guadalaviar?

Que agradezco a Guadalaviar el haber podido trabajar estos 27 años en algo que me ha parecido interesante, apasionante y además me lo he pasado bien… Una suertaza ¿Qué más se le puede pedir a un trabajo?

..

¡Muchas gracias Belén! ¡Un fuerte abrazo!

 

 

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