Entrevista a Mª Carmen Martínez Sendra

Estrenamos nuevo curso y lo hacemos con una nueva entrevista en Alumni Guadalaviar. Como es una ocasión especial, queremos hablar con una de nuestras profesoras más queridas, Mª Carmen Martínez Sendra.

¡Bienvenida, Mª Carmen! En primer lugar, muchas gracias por concedernos esta entrevista y por tu disponibilidad. ¡Vamos allá!

¿En qué año y cómo empezaste a dar clase en Guadalaviar?

Cuando acabé la carrera me presenté a las oposiciones y saqué plaza en Vitoria donde trabajé 8 años. Después fui a ayudar al colegio Alcaste( Logroño). Despùes de 8 años se me acababa la excedencia y me reincorporé al Instituto en Murcia. Llevaba 4 años trabajando allí como profesora de Filosofía cuando me plantearon si quería trabajar en Guadalaviar. Me pareció una oportunidad volver a Valencia que me encanta y estar cerca de mi familia trabajando como antigua alumna. He disfrutado mucho tanto en la enseñanza pública como en la privada. También estuve una temporada en Vilavella y mi último colegio ha sido Aixa en Palma de Mallorca.

¿Recuerdas tu primer día como profesora?

Si me preguntas por el primer día de mi carrera profesional tengo que decirte que cuando llegué al Instituto el bedel me paró y me dijo que la escalera por la que estaba subiendo solo era para profesores y que los alumnos no podían subir por ahí. Le dije que era profesora .Me miró desconcertado porque era muy joven.

Si me preguntas el primer día que me incorporé a Guadalaviar te diré que eran las jornadas iniciales de profesoras sin alumnas. Lo que más ilusión me hizo fue encontrar antiguas alumnas que trabajaban allí y profesoras que me habían dado clase. Como te imaginas fue un día de muchos reencuentros, abrazos, recuerdos, etc. Me sentí muy acogida.

Y mi primer día con las alumnas les pedía que se presentaran, que se definieran con un adjetivo y me dijeran la carrera que querían hacer, el libro y la película que más les había gustado.

¿Cuál ha sido tu día más feliz como docente en Guadalaviar?

Tengo muchos. Fue muy especial la tertulia que tuvimos con D. Javier Echevarría todas las profesoras. A mí siempre me ha gustado mucho hablar con las alumnas, tener clases interesantes donde ves que empiezan a pensar por sí mismas, a tener sus propias ideas, a diseñar un proyecto de vida que les pueda hacer felices. Disfruto viéndolas crecer, luchar, empezar una y otra vez sabiendo que vale la pena querer mejorar. También tengo que decirte que como profesora aprendes mucho de ellas porque te ayudan a cambiar y superar dificultades. Especialmente me hace ilusión ver a alumnas que les has dado clase y se convierten en compañeras de trabajo.

¿Y la anécdota más divertida?

Me he reído mucho en las convivencias, en las clases, con sus ocurrencias: ir con tacones a la nieve, llevar un gato a selectividad, darte el examen y que se vea la chuleta que llevan, esconderse debajo de una cama y que se le vean los pies…Las profesoras también nos reímos mucho: me acuerdo en una cena de navidad de profesoras que nos pusimos el uniforme del cole, hicimos las filas como si fuéramos al Palau, cantamos, etc..

¿Puedes hablarnos de alguna profesora que recuerdes con especial cariño en tu paso por Guadalaviar?

Como alumna recuerdo a Mati Sánchez que sigue reuniéndose con nuestra promoción, y a Mª Del Carmen Solance. De mi etapa en el cole tengo que decirte que la ventaja de Guadalaviar es que hay un proyecto común donde todo el mundo quiere ayudar de verdad a las alumnas y a sus familias. Por eso puedo decir que de cada profesora me he llevado recuerdos personales, individuales y conversaciones interesantes.

¿Con qué tres palabras describirías el colegio?

Ayuda, familias, oportunidad de mejora

Has visto pasar decenas de promociones ¿hay algo que no haya cambiado en ellas con el paso de los años?

El contexto no es el mismo. Mi experiencia es que cada promoción es diferente. Pero las alumnas siempre son alumnas que atraviesan la adolescencia. Siempre están en la fase de autoconocerse, comprenderse, aportar en su familia, mejorar el carácter, superar complejos, su primeros amoríos…. Siempre hay risas, lágrimas, enfados, perdones, etc. Vale la pena escucharles y dedicar tiempo. No siempre lo hacemos bien pero de verdad lo intentamos.

Antes de despedirnos, ¿querrías añadir algo más sobre Guadalaviar?

Comprendo que cuando eres alumna hay muchas cosas que no valoras en ese momento y te molesta que te las exijan, pero luego lo agradeces porque ves lo que te han ayudado en la vida. A las profesoras les diría que no se cansen, que compensa vivir para ayudar a los demás. Cada vez que me reúno con antiguas alumnas tengo la misma sensación: vale la pena el proyecto educativo de Guadalaviar. Desde que se murió mi hermano con 17 años yo siempre doy el mismo consejo: “Vive de tal manera que nos podamos ver juntos en el cielo”.

Muchas gracias Mª Carmen por tu tiempo y tus respuestas. ¡Un abrazo!

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